Siempre recordaré esos incontables sermones que remarcaban la necesidad de difrutar ese presente y ese ahora, que rumoriaban el inplacable fin de una época y de un algo que no era claro. Y cómo podría ser identificado si era el momento en donde el mundo se abre y comparte de forma generosa todas sus maravillas y toda su grandeza. Una hermosa combinación con las energías casi inagotables de una batería nueva que requiere cada vez mayores cargas.

Lo que vine después es algo borroso y difuso, solo en sueños puedo mirar desde lejos lo que eso fue y me termino preguntando en qué momento me perdí.